No te preocupes por el futuro. O preocupate si quieres, pero sabiendo que eso ayuda lo mismo que masticar un chicle para resolver una ecuación matemática. Los verdaderos problemas de la vida seguramente serán cosas que ni se te habían pasado por la cabeza, de esas que te cogen por sorpresa a las cuatro de la tarde de un martes perezoso. ¿Lo veis? ¿Lo estais viendo? Vale, pues quedaos con su cara, porque es la persona que más planea todo, que más odia las fotos y el que más me entiende siempre, el queso de mis macarrones!
Todo el mundo debería tener un Hector en su vida, en serio.
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